Todos hemos tenido una nueva experiencia durante esta primavera. Angustiosa, exasperante, cambios de rutinas, niños y niñas sin salir, madres y padres haciendo de educadores, de animadores, de sanitarios y sobre todo de madres y padres. ..
Quedan lejos esas semanas de marzo. Pero están lo suficientemente cerca como para que todos recordemos ese tiempo como algo que para nuestra infancia y juventud ha sido un pequeño gran tiempo muy complejo. Ahora parece que empezamos a ver la luz y sin duda que con toda la cautela, prudencia y seguridad, debemos restituir cuanto antes ese tiempo que un virus ha robado a la libertad y al crecimiento personal de nuestros chicos y chicas.
Apostar por un campamento este verano es ofrecer mucho más que unos días de distensión. Es poner el ocio educativo como una manera esencial de recuperar una normalidad que todos necesitamos. Es situar al ocio educativo como una palanca esencial en el marco de la conciliación. Es creer que el ocio educativo puede ser una herramienta clave en la formación de nuestra infancia y juventud.
Detrás de ese ocio educativo siempre va a haber personas entusiastas, responsables, llenas de sentido común, de vitalidad, muchas veces con un trabajo no tan reconocido como debería… pero sobre todo equipos humanos ilusionados y dispuestos a dar lo mejor de sí mismos durante el verano.
Esto, y mucho más, es lo que podemos ofrecer en Grupo Papirola desde junio hasta agosto. Somos conscientes de los miedos, de las reservas, de lo que nos jugamos… Pero si finalmente las autoridades sanitarias nos lo permiten vamos a hacer que este año sea realmente ese verano inolvidable después de una primavera cuanto menos dificil y complicada.